domingo, 23 de agosto de 2015

MR. HOLMES

OCASO
1947. Sherlock Holmes tiene 93 años y vive retirado en un pueblo de Sussex, alejado de sus investigaciones y dedicado a la apicultura. Fallecido el Dr. Watson, escritor de sus hazañas, Holmes se esfuerza, en lucha con su decreciente memoria, en intentar poner sobre el papel su último caso, que él consideró siempre un fracaso.
Vestigio de una época pasada, el auténtico problema que Holmes debe resolver es su sentimiento permanente de soledad, que, inicialmente, ni su ama de llaves ni el hijo de esta pueden solucionar. Hay aquí, una narración dentro de otra, pasado y presente, llevadas ambas con convincente sutileza, no exenta de una cierta premiosidad que lastra el ritmo, por Bill Condon, ayudado por una espléndida cinematografía y unos interpretes, Ian McKellen, Laura Linney y el joven Milo Parker, que asumen sus personajes de tal modo que los hacen próximos y reales.
Película crepuscular que retrata el final de un mito, que aun a pesar de su senilidad, conserva la lucidez e inteligencia con la que siempre le hemos tenido en nuestra memoria.

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