lunes, 16 de noviembre de 2015

RAMS

PURO CINE
Película dura, cruda, implacable, tan desnuda como el paisaje en que se desarrolla. Hay un mucho de tragedia griega en esta historia de dos hermanos ganaderos de ovejas, enfrentados desde hace largo tiempo, que solo son capaces de unirse cuando una posible epidemia pone en peligro su modo de vida al amenazar la existencia de sus animales que constituyen su único vínculo con el pasado.
No hay nada en la realización que intente suavizar el drama. La cámara recoge el aspecto de las gentes tal y como son, en un país, Islandia, que nos es extraño en su primitivismo, en un mundo que creemos civilizado. No hay apenas diálogos y no se echan en falta, las imágenes son tan poderosas que evocan algunas grandes películas de antaño,  "Avaricia" de Von Stroheim o "El viento" de Sjostrom que, sin tener nada que ver desde el punto de vista argumental, acuden a mi mente. Actores perfectos, poderosos, simplemente por su presencia física. Gran cine, desolador si se quiere, pero cine puro.

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