domingo, 29 de noviembre de 2015

UNA PASTELERÍA EN TOKIO

ZEN
Un extenso poema zen, una sucesión de haikus, traducida en bellísimas imágenes.
Un argumento sencillo y complejo a la vez, alabanza del bien hacer en todos los aspectos de la vida.
Un guión que, lamentablemente, deja algunos agujeros, que deja abandonados, sin explicación, a varios de sus personajes, que nos los esconde.
Un cine distinto, intencionadamente moroso, que nos recrea la maravilla de la vida, con lentitud, con amor, que se detiene en mostrarnos el tiempo que pasa, la libertad del espíritu, la belleza de lo aparentemente intrascendente.

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