lunes, 20 de junio de 2016

GRANDES FAMILIAS

NADERÍAS
El cine francés, muy astutamente, ha descubierto un nuevo género. Mejor dicho, han descubierto una combinación de géneros que, al menos en Francia, les va muy bien en taquilla: se trata de una mezcla de comedia disparatada, melodrama, vodevil y una dosis, mayor o menor según los casos, de intriga. Pero pasa aquí como en todo, que para que algo funcione tiene que estar bien hecho, con una base solida y gente que crea en lo que hace. Cuando no es así, como es el caso de "Grandes Familias", el resultado es muy pobre; puede que no llegue a aburrir (a fin de cuentas están pasando cosas todo el tiempo aunque no importen nada), pero finalmente, todo es una estupidez de 113 minutos.
Jean Paul Rappenau que en su día nos dio una espléndida versión de "Cyrano", llevaba 10 años sin hacer cine. A la vista de esta película, salvo que existiese una imperiosa necesidad económica, debería haberse quedado en su casa.

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