lunes, 7 de noviembre de 2016

SULLY

CLASICISMO
Resulta difícil contar una historia real, reciente, que casi todo el mundo recuerda - el aterrizaje en el río Hudson de un avión de línea en el que no se produjo ninguna víctima - y en la que además se han evitado intencionadamente, todas las situaciones dramáticas. Eastwood lo ha conseguido y con éxito, y ha hecho una película estupenda, basándose en un guión espléndido, en unos excelentes actores (Tom Hanks, Aaron Eckart, Laura Linney...), y en un modo de narrar sencillo, en el que no sobra ni falta nada. Los efectos especiales son los imprescindibles para que podamos ver el suceso y la explicación de los hechos se nos va mostrando paulatinamente, al ritmo preciso, sin estirarlos, conteniéndose.
Esto es cine clásico. Quizá la falta de dramatismo le perjudique, aquí no hay épica, ni héroes, solo profesionales haciendo su trabajo, volcando en él su experiencia. Uno se alegra de ver este cine, un gran cine, el cine de siempre, que no ha desaparecido, solo se necesita saber hacerlo. Eastwood sí lo sabe.

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