jueves, 30 de marzo de 2017

TARDE PARA LA IRA

SUCIEDAD
Con algún retraso me he decidido a ver esta película. Tras algunos justificados éxitos de taquilla, el cine español ha decidido que el género negro es garantía de rentabilidad. Raul Arévalo se ha embarcado en esta historia de venganza, seca, árida, introduciendo la zafiedad y un falso erotismo como nuevos elementos para incrementar su atractivo.
Esta película tiene ritmo y una buena dirección de actores, poco conocidos, que funcionan bien. Pero la ordinariez, la vulgaridad, acaban por imponerse y dan al traste con la verosimilitud. El resultado global es tan desagradable y cutre que acaba por repeler. Es posible que seamos así, o que así se nos vea, pero la vida, la realidad, es mucho más abierta. En cualquier caso, todo cuento tiene su moraleja y además, hay que saber terminarlos. Aquí, cuando todo acaba, uno tiene ganas de escupir, de darse una ducha y de lavarse los dientes.

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