domingo, 21 de mayo de 2017

MARAVILLOSA FAMILIA DE TOKIO

DEGRADACIÓN
Yoji Yamada reemprende su particular homenaje a Ozu, pero esta vez quiere cambiar el "chip" a modo de comedia y las cosas no salen tan bien. El tono casi vaudevillesco de algunas escenas y los ocasionales gags se mezclan mal con el sentimentalismo tradicionalista del original. Lo que en este era reflexión, aquí es un exagerado expresionismo. Por otra parte, el exceso gestual de algunos de los actores, no contribuye a arreglarlo.
¿Entretiene? Sí. ¿Divierte? Mucho menos. Solo la fidelidad al gran maestro mantiene la película. Ojo a las secuelas de las que Yamada es especialista. El tema está prácticamente agotado.

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