domingo, 11 de junio de 2017

LAS CONFESIONES

POCO RUIDO, MENOS NUECES
Una reunión del G-8 en un lujoso balneario de la costa alemana del Báltico, le sirve a Roberto Andó para fabricar esta mezcla de "thriller" y cine de denuncia que nunca acaba de convencer. La inclusión de dos personajes ajenos al mundo de la economía mundial, un fraile y una escritora, no hace más que añadir confusión al mensaje que la película pretende transmitir.
Una cuidada fotografía, actores como Toni Servilio o Daniel Auteil junto con la madura belleza de Connie Nielsen, hacen lo que pueden, pero no es suficiente para superar el exceso de prosopopeya,  la artificial estética del peor Fellini y una lentitud narrativa que aburre por su reiteración. Al final, uno se da cuenta que todo ha sido un pretexto para que el fraile pueda soltar su discurso anti-globalización y, para que quede más claro, se le añade un toque angélico.

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