miércoles, 1 de noviembre de 2017

HANDIA

FRUSTRACIÓN
El dúo Garaño-Goenaga sabe hacer cine, como ya demostraron en "Loreak", hermoso drama de sentimientos, y cine vasco además, enraizado en historias de esa tierra. Aquí han recogido la vida del gigante de Alzo, un casi "biopic" de uno de los hombres más altos del mundo, que se exhibió por media Europa allá por la primera mitad del siglo XIX.
Podría haber valido como melodrama, como expresión de los sentimientos generados por el hecho de ser "diferente" de los demás, por el conflicto que produce esa diferencia al chocar con el mundo normal, por el drama que supone la imposibilidad personal de adaptación a su entorno, por los sueños frustrados por esa condición, pero algo falla. La consciencia de estar haciendo algo que se sale de los caminos trillados, el deseo de acentuar ese hecho, hace que la película adopte una actitud de auto-complacencia, de "mira lo bien que lo hago", que se regodee en sí misma, lo que se traduce en un rebuscado esteticismo, en una frialdad que ahoga emociones y sentimientos, que solo parece centrarse en la actitud de unos personajes que buscan aprovecharse de su situación, sin ahondar en su intimidad o en sus dramas personales. El cine está ahí, en haberse atrevido a rodar una película sobre un gigante sin gigantes, en las bellas imágenes que pretenden hacernos olvidar la frustración de lo que podría haber sido y no llega a ser, pero uno acaba por echar de menos la sencillez y el calor que esperaba que se desprendiera de un relato como este. 

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