domingo, 31 de diciembre de 2017

THE DISASTER ARTIST

INCOMPATIBILIDAD

De vez en cuando, cuando Hollywood se mira el ombligo y hace cine sobre el cine, vienen a la memoria algunos títulos espléndidos. Este no es el caso. Esta película es un relato de como se llegó a hacer (un "making of") una de las películas más estúpidas de todos los tiempos, luego convertida, vaya usted a saber porque, en un film de culto, "The Room", escrita, dirigida, producida e interpretada por un tal Tommy Wiseau del que apenas se sabe nada, salvo que tenía mucho dinero y una carencia total de talento. Ahora, no se trata de un "biopic", como por ejemplo la espléndida "Ed Wood", sino de una sucesión de escenas de un rodaje caótico e incongruente, carentes del menor sentido.
Poco se nos explica fuera de lo expuesto. Ni del personaje central, que como consecuencia de un accidente se ha convertido en un despótico tarado con problemas de comunicación, ni de su amistad con un actor en ciernes que unas veces aparece como víctima y otras como parásito.
Manifiesto mi total incapacidad para entender lo que veo, no lo pillo. Hablar de esta película como de una comedia, me parece fuera de lugar; si provoca alguna risa viene acompañada por una incómoda sensación de culpabilidad, como si estuviera riéndome de un lisiado. Esto es una tragedia sin drama que, como única emoción, solo suscita en mí la compasión.

domingo, 10 de diciembre de 2017

EL SENTIDO DE UN FINAL

VIAJE POR LA MEMORIA
Ritesh Batra, tras su notable "The Lunch Box", toma ahora una novela de Julian Barnes para bucear en el pasado de Tony Webster (Jim Broadbent), un jubilado divorciado al que su especial forma de ser ha convertido en una persona insensible y hermética, incapaz de experimentar emociones o empatizar con su entorno. La extraña herencia de la madre de una antigua novia, el diario de su íntimo amigo en su época de colegial que acabó suicidándose, le obligará a revisar aquel periodo de su vida.
Película íntima, introspectiva, en la que el director obliga a su protagonista a volver a recorrer el camino de sus recuerdos, unos recuerdos que el tiempo ha ido alterando para que se acomoden a lo que a él le gustaría que hubieran sido, utilizada esa alteración como único recurso de supervivencia, y no a lo que fueron en realidad. Pero solo el reconocimiento de la verdad permite enfrentarse con dignidad al tiempo que le queda por vivir.
Espléndido guión de Nick Payne así como el ritmo que impregna todo el relato al que unos intérpretes (Emily Mortimer, Charlotte Rampling, Frida Major, Michelle Dockery...etc.) además de Broadvent, dotan de la ambigüedad y pasión necesarias. 

sábado, 9 de diciembre de 2017

EL AUTOR

PASARSE DE ROSCA
Pasante en una notaría, Alvaro (Javier Gutierrez) aspirante a escritor y envidioso de su ex-mujer (Maria León), exitosa autora de "best sellers", decide escribir una gran novela. Desprovisto absolutamente de imaginación y talento, descubrirá a través del profesor de las clases de escritura creativa a las que asiste, que solo la transcripción casi literal de la realidad (una áspera discusión con su esposa), merece el elogio deseado. A partir de ese momento, se dedicará a manipular las vidas de los vecinos del inmueble en que vive con el fin de trasponer esa nueva realidad creada por él a la obra que intenta escribir.
Podría haber sido un "thriller" psicológico, de hecho el ritmo de la acción se presta a ello, pero Martin Cuenca, director y coautor del guion basado en una novela de Javier Cercás, elige el camino de la introspección personal, llevando las situaciones a extremos surrealistas en las que afloran los peores sentimientos del ser humano y actitudes del protagonista rayanas en la locura, capaz de destruir la vida de los que le rodean para conseguir sus propósitos. La negrura se transforma en un gris blanquecino ayudada por una pésima fotografía (tal vez inexplicablemente intencionada) y las buenas interpretaciones de Javier Gutierrez y el resto de actores, se desperdician en un producto que nunca acaba de definirse y que contiene, supongo que para mostrar un incontenible deseo del director de epatar a los espectadores, un par de escenas tan crudas y fuera de lugar, como para que pueda considerarlas entre las más visualmente desagradables del cine español.

domingo, 3 de diciembre de 2017

PERFECTOS DESCONOCIDOS

MUCHO Y NADA
Alex de la Iglesia nos obsequia con una deslumbrante exhibición de interpretaciones (Eduard Fernandez, BelénRueda, Ernesto Alterio, Juana Acosta y Pepón Nieto), en esta cena de tres matrimonios de mediana edad  más un amigo, en el que un banal juego con sus teléfonos móviles sirve para sacar a la luz la amargura de sus frustraciones, los más íntimos secretos y las turbias relaciones entre ellos. Todo ello contado con la suficiente sutileza para que las risas que provocan determinadas situaciones no sean suficientes para ocultar o enmascarar los dramas personales.
Sucede sin embargo, que la contemplación del eclipse de luna, motivo para la reunión, sirve para introducir un cierto realismo mágico que no lleva a ninguna parte más que para justificar un final acomodaticio que pone en solfa todo lo que hemos visto, al dar a entender que todo ha sido un producto de la imaginación  de una de las protagonistas. No sé si esto proviene de la versión original, pues la película tal y como se acredita es un fiel "remake"  de una italiana, pero cuando acaba, uno sale con la impresión de que o ha faltado valor para dar a la narración su lógico final o le han tomado el pelo con un bonito envoltorio carente de contenido real.Sucede como en el estrambote del viejo soneto cervantino:"...caló el chapeo, requirió la espada, miró al soslayo, fuese y no hubo nada.