Ashgar Farhadi se hace un pequeño lío con este melodrama manchego, tal alejado de su Irán natal en forma pero no de fondo, salvado por unas excelentes interpretaciones (Cruz, Bardem, Darín, Lennie y el resto del elenco), pero que no acaba de redondearse. Cuando hurga en el pasado de los personajes, en su angustia ante una determinada situación (la desaparición de la hija de la protagonista), la cosa funciona. Cuando se lanza al thriller semi-policíaco, deja de interesar. Uno tiene la impresión de que se quedan muchos temas en el tintero, que podrían haber dado mucha más fuerza a la trama, que se asemeja a una fruta que no ha acabado de madurar. Las polivalencias, una cierta falta de decisión sobre el camino a seguir ante los numerosos caminos que se plantean, tienen esos problemas y el conjunto se resiente de ello, Un comienzo brillante (la llegada, la boda y el festejo subsiguiente), y un final que decepciona.
Mejor que la mayoría de lo que se ve, peor de lo que cabría esperar de un director tan excelente.
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