lunes, 20 de agosto de 2018

EL REPOSTERO DE BERLIN

INTRANSIGENCIA
Un para mí totalmente desconocido Ofir Raul Glazier, israelí afincado en Berlin, escribe y dirige esta hermosa película en la que temas verdaderamente difíciles, como la sinceridad en un matrimonio, el amor, la homosexualidad, la intransigencia religiosa, están contados con tanta inteligencia, ternura y comprensión que cualquier situación, por dura que sea, se presenta de un modo tal que el espectador la admite de inmediato, la asume y suscita en él una intensa compasión por el drama que viven sus personajes.
Todo se debe quizá, al gran milagro de una aparente sencillez, a ese ritmo tan justo y pausado, a la expresividad de esos largos planos en los que se explicita todo, a saber lo que se quiere contar y como hacerlo, como la elaboración de esos dulces, galletas y tartas que se nos presentan desde su inicio hasta su terminación,y que solo precisan de una mano experta para hacerlos realidad. Una buena fotografía y dos espléndidos intérpretes, Sarah Adler y Tim Kolkhof, ponen la guinda a este más que notable pastel. 

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