El espectador puede entender que la muerte de una madre super-protectora y el fracaso de un matrimonio imposible puedan llevar a la joven e inmadura protagonista a los niveles más bajos de degradación (drogas duras, alcohol, sexo indiscriminado...), pero ¿Que es lo que hace que esta persona adquiera la determinación de que recorrer en soledad el Pacific Trail Crest, uno de los más duros recorridos del senderismo, pueda significar su curación y el reencuentro consigo misma?. Este es el gran problema de esta película, bien interpretada y espléndidamente fotografiada...Que no explica nada, no hay motivos místicos, nada que justifique una decisión que establezca una relación entre el camino y sus problemas. A la postre todo se confía a unas imágenes, atractivas sí, pero al mismo tiempo frías, que no llegan a emocionar salvo cuando aparece el personaje de la madre (Laura Dern, estupenda) y un viaje que tampoco nos vale como retrato de los estados que atraviesa y de sus gentes en los años noventa. Que se trate de la biografía de un personaje real no es suficiente para hacerlo verosímil a nuestros ojos.
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