martes, 28 de abril de 2015

CAPITAL HUMANO

APARIENCIAS
Contar una historia componiendo el relato a través de lo vivido por sus distintos protagonistas, no es nuevo en el cine, basta recordar la espléndida "Rashomon". En este caso, a partir de un accidente en el que un hombre muere atropellado, la narración se estructura en distintos capítulos, correspondiendo cada uno a los personajes importantes del drama. Se pretende construir un fresco sobre los diferentes estratos de la sociedad italiana, desde el "broker" millonario y egoísta que solo mira por sus intereses, hasta el arribista de clase media que usa a su hija para escalar puestos en la sociedad sin importarle otra cosa más que las apariencias inherentes a ese estatus social. La mencionada estructura de capítulos dota de coherencia al conjunto, pero no impide que por diversas razones, haya algunos mucho mejor que otros lo que rompe el equilibrio de la película.
Pero algo falla: alguno de los personajes resultan increíbles (por ejemplo y particularmente, el agente inmobiliario lastrado por una interpretación exagerada y lamentable, o el hijo del broker prototipo de niño pijo malcriado), o las relaciones entre ellos ni están desarrolladas ni se nos explican (sobre todo las de los matrimonios que no resultan coherentes con la personalidad de cada uno). Al final, lo que queda en la memoria es alguna sugerencia de adulterio (algo típico en la alta sociedad italiana), una pequeña historia de amor (entre los más jóvenes y desclasados) y unas situaciones que uno tiene la impresión de haber visto antes en repetidas ocasiones por la obviedad resultante.

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