sábado, 17 de octubre de 2015

LEJOS DE LOS HOMBRES

SOBREVIVIR
Un hombre, maestro ahora militar en el pasado, se ve obligado a acompañar a un asesino confeso que se quiere entregar a la justicia. La película es el relato de ese itinerario a través de un paisaje desértico, alucinante, casi lunar. Es una estructura clásica de western, pero resulta que estamos en Argelia en 1954. Hay rebeldes argelinos que hacen las veces de indios y paracaidistas franceses equivalentes al séptimo de caballería. No es un viaje iniciático en el que los hombres hallan lo mejor de sí mismos y está bastante bien contada, pero podía haber sido mucho mejor si se hubiera tratado de algo más que una simple lucha por la supervivencia.
Hubiera sido necesario que el guión profundizara algo más en los personajes, que nos aclarara  sus motivaciones, las razones de su presencia en el lugar, sobre todo en lo referente al maestro, Viggo Mortensen, porque el otro protagonista, Reda Kateb, sí está bien definido, aunque nos decepcione su actitud final. Sobran algunos preciosismos de la cámara que no vienen a cuento y que no aportan nada. Se echa de menos la desnuda sobriedad de un Boetticher, de los primeros Mann, en la que los hombres son el eje de la acción y su entorno el mundo en que se desenvuelven. Quizá falta épica y lirismo. Aun así, el director se ha aproximado mucho a esa narrativa y el resultado es más que suficiente. Ya es bastante.

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