martes, 19 de abril de 2016

THE LADY IN THE VAN

UNA ACTRIZ
Basándose en su experiencia personal, Alan Bennet trasladó a guión la obra de teatro que había escrito para narrar su atípica relación con la anciana que durante quince años había aparcado con su consentimiento, la furgoneta que le servía de vivienda en la entrada del garaje de su casa.
En el fondo, no hay mucho más.Tras una primera secuencia que muestra, pero no explica, el origen de la anomalía, ya no se sigue profundizando en los motivos de conciencia que llevaron a Miss Shepherd a aislarse del mundo, porqué eligió una furgoneta como su habitat, porqué dejó de tocar el piano o porqué le fascina el color amarillo. Tampoco hace mucha falta. Dejando a un lado la sutil interpretación que Alex Jennings hace de la homosexualidad de Bennet, la película, toda ella, es Maggie Smith,. Solo por verla, por oírla, por ver como mira o como se mueve, por atisbar los mínimos gestos que se abren paso entre las arrugas que la edad ha ido dejando en su rostro, vale la pena contemplar este espectáculo.

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