lunes, 12 de diciembre de 2016

PATERSON

AMOR
Puede decirse que esta película es un palimpsesto de un poema de William Carlos Williams. Pero también es la historia de amor entre un conductor de autobús de Paterson, Nueva Jersey, también llamado Paterson y de su mujer Laura. El es serio, callado, educado, valiente, observador de la realidad de su entorno y escribe poesía . Ella es atractiva, extrovertida, creativa, ingenua y alegre. Ambos están enamorados, conformes con la vida que llevan y el horizonte que se extiende frente a ellos. Una situación próxima a la felicidad que solo se ve levemente alterada cuando el perro de ella, con el que él mantiene una cierta rivalidad amorosa, destroza su cuaderno de poemas.
Esta es la historia. Aparentemente pasan muy pocas cosas, casi nada. Pero no es verdad: la cámara de Jim Jarmush recoge la vida en todo su esplendor, ahí es nada. Cada fotograma se transforma en una imagen vital, se llena de gente que está viva, que llegamos a conocer y a apreciar, a ellos o a otros similares. Lo mismo que llegamos a conocer esa ciudad, Paterson, sin haber estado nunca en ella, sus calles, sus edificios, sus bares, su hermoso parque frente a las cataratas del Passaic River su estatua de Lou Costello. Es casi un sueño: para esas personas contentas con lo que tienen, con lo que son, no existe la rutina ni el aburrimiento de la cotidianidad. Transforman la realidad gracias a su amor, a su espíritu creativo, la subliman. ¡Cuanta inteligencia y sensibilidad de Jarmush en saber contar todo esto!¡Que actores maravillosos en la sencillez de su expresión, Adam Driver, Golshifteh Farahani, el perro, todos..!. Aunque los versos que aparecen sobre la pantalla se desvanecen como escritos en el aire, la poesía de esta obra maestra permanece en el tiempo.
Sin duda, lo mejor de este año que da sus últimos coletazos.

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